Después de que se acercara el Invierno con " Juego de Tronos" y tras dejarnos a todos con unas ganas enormes de que se emita la segunda temporada, llega "Spartacus: Dioses del Arena" una precuela de la primera temporada emitida para ir haciendo tiempo hasta que se pueda grabar la 2ª temporada. Los productores y equipo ejecutivo de Starz pararon la producción de Spartacus 2º Temporada en espera de que el actor principal , Andy Whitfield se recuperara de un linfoma no-hodgkin y su tratamiento .
El actor Liam McIntyre
Así que esta noche vamos a ver como empezó todo, la televisión e incluso el cine (recuerden " La guerra de las Galaxias" y más recientemente precuelas de "X-Men") ya nos tienen acostumbrados a que los orígenes se emitan después de que nos cuenten la historia...por el final, supongo que eso es bueno para hacer ejercicios mentales y de paso, como ya conocemos a los personajes, nos podemos dar cuenta de como han llegado a ser lo que son, incluso a veces con sorprendente lógica.
El actor australiano Andy Whitfield sigue luchando contra el cáncer y por ahora, nos queda disfrutar de los orígenes de Spartacus con una nueva cara y, dada la naturaleza tan gráfica de ésta serie, del cuerpo de otro actor australiano Liam McIntyre que durante 6 capítulos nos va a mostrar la ascensión del ludus de la casa Batiatus en Capua con el fantastico actor escocés John Hanna y Lucy Lawless como Lucrecia otra vez, si sabemos que mueren al final de la primera temporada pero recuerden que esto es un "precuela" y no se olviden del magnifico galo Crixo que pasa de esclavo por quien casi nadie da un céntimo a campeón del Ludus y juguete sexual de Lucrecia y veremos además como Oenomaus se convierte en Doctore. La nueva adquisición es el campeón de Batiatus, Gannicus interpretado por Dustin Clare.
Sangre, arena, sexo y conspiración en una serie que está a la altura de su "secuela".
Acabo de terminar de verla y la verdad es que ha mantenido el nivel de Spartacus: sangre y arena.
ResponderEliminarGannicus mola bastante y los malvados no pierden carisma (e hijoputismo)