Me encantan las manualidades, de todo tipo. Las adoro, algunas me atrevo a copiarlas, otras las invento y otras, la verdad, no me atrevo a intentarlas….algún día…
Algún día, creo que es una de la coletillas que más utilizo...”Algún día haré esto o aquello”…el gran problema es el tiempo.
Si alguien me preguntara que es lo que le pido a la vida eso sería “tiempo” pero tiempo libre para poder hacer todas las cosas que mi inquieta mente imagina y si alguna vez me oyes quejarme porque no me he ganado un premio en la lotería, es porque con dinero se compra tiempo.
“Compro Tiempo”, claro, por ejemplo, las horas que paso en la oficina…imagínate lo que podrían dar de sí esas horas dedicadas a la creatividad y el bricolaje. Full time, maravilloso.
En principio y como me tengo que contentar con el poco tiempo que le puedo dedicar a mis pasiones, lo primero era hacerme con un espacio para ello, donde poner todas las herramientas, accesorios y lo peor, los trabajos en proceso y los objetos que aún no tenían una finalidad.
En una habitación pequeña de la casa, que tanto sirve para planchar, tender, coser y como habitación de invitados, he intentado hacerme con un taller que no parezca un taller. Ardua tarea ésta que me ocupa más tiempo que mis aficiones…Colocar el “tenderete” para empezar a trabajar para luego tener que recogerlo todo, hace que, la mayoría de las veces me dé pereza hacer algo….por eso, algún día tendré mi taller y ya estoy recopilando ideas de cómo podría ser…Ahí van algunas. Ya me dirán que les parece.
De éste taller me gustan los colores y la luz aunque tendría que aprender a coser a máquina, una de mis asignaturas pendientes.
Los colores aquí tambien son monos pero yo no podría tener las estanterías sin puertas, puertas de cristal sería mejor, el polvo, ese gran enemigo
Me gusta como ha utilizado recipientes varios para darles un uso diferente
Me encanta
La isla es muy útil, me la pido.
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